Sin afán de herir susceptibilidades, escribiré este post, en un intento de explicar lo complicado que resulta para mí comprender cómo socializa la gente; no es crítica, sólo mis sentires.
Es verdad. Recuerdo que desde secundaria me costaba trabajo entender los gustos de los compañeros. Y en serio, llegaba al punto de no tolerarlos.
En la prepa comencé a vivir esta onda de los populares y los no populares. Por supuesto, yo era de los segundos. Me gustaba más leer libros y compartir con una querida amiga. ¿Salir a pasear, al centro, a otro lugar? casi nunca. Soñaba con tener un novio intelectual que compartiera mi gusto por los libros, me llevara a los museos y aprender juntos.... sueños guajiros de bachiller...
En la universidad... pues conocí a mis alter ego y como diría mi mamá: a mis espejos. Más difícil aún hacer amigos, salir a fiestas (incluso, ser invitada a fiestas). Me encantaba aprender, podía cuestionar a los maestros en cada clase con tal de sacarles más información. Eso me costó el título de "la más barbera de la generación".
Y finalmente, a mis 31 años, no sé qué habilidades me faltaron desarrollar desde niña o algo así, porque tengo serios problemas para enrolarme y divertirme en prácticas sociales tipo fiestas, antros, agregar gente a facebook, pedirles sus números teléfónicos, ya saben, aquello que pudiera traspasar una barrera.
Así que me cuestiono, ¿cómo la gente hace amigos?
Por fortuna, tengo amig@s que me han aceptado tal como soy, y a quienes agradezco con el corazón la amistad de años, ¡mi gratitud por estar!
No hay comentarios:
Publicar un comentario