Cargué por primera vez a José María cuando tenía 4 días de nacido. Estaba en cuna térmica en la clínica y las enfermeras lo sacaron y me lo dieron por unos minutos. En cuanto estuvo en mis brazos, entornó sus ojos, pensativo; luego de un momento, los abrió por completo y no dejó de verme. Una enfermera dijo: "ya reconoció su olor". Fue mágico.
Luego de eso, no había podido percibir nuevamente que él sabe que soy su mamá y que me ama, hasta hoy. Claro, muchos pueden decir: ¡por supuesto que sabe que eres su madre! El asunto es que José María tiene fortaleza, una valentía serena característica de su personalidad, que le da un aire de poca expresividad.
En la mañana de este 10 de mayo llegaron mi mamá y mi hermana con su bebé de 4 semanas, yo le dije a mi mamá que me ayudara con José María para cargar a mi sobrino; en el acto, mi hijo soltó un llanto incontrolable, que paró hasta que lo volví a sostener.
Fue mi regalo del día de las madres: una evidente muestra de que mi hijo me ama!
PD Aclaro que no me gustó verlo llorar, ni hacerlo sentir relegado, sino darme cuenta de su amor. :)
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