sábado, 30 de mayo de 2015

La más ingenua de todas

Hace unos meses, un ex novio comenzó a enviarme mensajes con el pretexto de "cerrar círculos". Expresaba una gran necesidad de que lo escuchara y me enganchó con eso.

El asunto fue creciendo un poco, al grado que él se sintió con derechos de reclamarme por qué me había casado, por qué "no lo esperé" y que por mi culpa, jamás volvería a creer en el matrimonio. Para "superarlo" yo debía permitirle pasar tiempo conmigo.

Me parecía demasiado trágico su discurso, para personas como él, que analizan sus posibilidades y no dejan pasar ninguna oportunidad frente a ellos.

Al poco tiempo me enteré (no por él) que tenía un año de haberse casado.

Me sentí la mujer más ingenua del mundo por haberlo escuchado, por haberle creído la necesidad de cerrar círculos.

Me cayó el veinte de que siempre fue así desde lo conocí, engaños y poca claridad en sus palabras, actos... él era un seminarista cuando comenzamos a salir.

En ese tiempo, algnas personas me dijeron: "él quiere todo", es decir, seguir en el seminario y seguir conmigo. Nunca me atreví a pensar que eso fuera verdad, yo creía en una verdadera confusión entre el camino sacerdotal y la vida laica.

Hasta que me enteré que estaba casado, por fin comprendí ese: "él quiere todo", porque ya casado continuaba diciendo mentiras y pretendía alimentar su ego a costa de meterme en problemas.

Me sentí vulnerada. Le di poder a alguien que no se merecía.
Me sentí triste, porque le di tiempo que pude darle a mi esposo y a mi hijo y vi cómo, ante ese hecho, ellos fueron pacientes conmigo y respetaron mis decisiones. Aprendí que mi familia es lo más importante en mi mundo.

jueves, 28 de mayo de 2015

Ella

Tengo un mechón de canas algo notorio que se extiende y está en un punto donde parezco descuidada. Pensé en aclararlo para que se vea uniforme, ella dijo "no".
Hay ocasiones en siento una gran necesidad de ser delgada. Cuantas veces he pensado en ponerme a dieta, ella ha dicho "no".
No he dormido bien los últimos meses, ella dice que tomo demasiado café.
Alguna vez estuve muy enamorada de un novio del pasado. Ella dijo que era feo.
Otra ocasión, dejé a un novio porque era violento. Luego de un tiempo ella me dijo que ya podía volver con él, al fin que ya le había dado un escarmiento.
Y así podría contar anécdotas de toda mi vida, donde me doy cuenta que siempre decido mal y no sé qué es lo mejor para mí...

miércoles, 27 de mayo de 2015

plática con una adolescente

Antier encontré a una adolescente de 16 años en un puesto de jugos junto a un autolavado.

Ella me contó que está decidiendo si se va a vivir con su novio o no. Él es uno de los muchachos que trabajan en autolavado. 

Ninguno de los dos estudia y al parecer, no está en sus planes. Ella dijo algo como "no me gustan las carreras de las escuelas que hay por mi casa", cuando le pregunté por qué no estudiaba la preparatoria.

¿Qué es lo que te impide irte a vivir con tu novio?, me animé a preguntar.

No esperaba su respuesta:

Tengo una amiga que se fue a vivir con su novio, ninguno de los dos estudiaba, ni trabajaba, el muchacho robaba y ya lo cacharon, está en el reclusorio y ella se acaba de enterar que está embarazada.

Tengo otra amiga que se hizo novia de un muchacho igual, ni estudiaba, ni trabajaba, robaba. También lo cacharon. Ella lo iba a visitar al reclusorio y ahí quedó embarazada.

También tengo otra amiga que se metía con un muchacho, no era su novio, sólo su amigo. Quedó embarazada y el muchacho le dijo que no se casaran pero que tuvieran al bebé, que él le pagaba todo. Pero ella le dijo: "mejor págame el aborto". Yo le pregunto: ¿no te sientes mal?, y ella me dice: "a veces, pero luego me salgo y se me olvida".

Y otra amiga se fue a vivir con su novio. Él sacó una tele en Elektra en abonos, se quedó sin trabajo y ahora mi amiga está embarazada, trabajando y pagando la tele del muchacho. Yo le digo que eso no es justo.

Y una muchacha que vive por la casa, Joselin, se llama, tiene 13 años y quiere andar con mi novio. Le manda mensajes. El otro día se los leí, porque yo le saqué su facebook. Entonces le dije, ¿por qué te mandas mensajes con la de la tortillería? y él me dijo "no, ella me escribió", pero como yo vi que no, le dije: "no es cierto, dime por qué, ¿por qué quieres platicar con ella?" y nada más dice: "que no, que no".

Cuando estamos en la casa de sus hermanos, yo me fijo que la esposa de él le sirve la comida, y mi novio me dice: "¿me sirves?" y yo le digo, ¿por qué? y él me dice:"porque tengo hambre" y yo le contesto: "no, esa no es la respuesta correcta, debes pedírmelo por favor".


Pues realmente, ante su respuesta, me quedé muy pensativa sobre las experiencias que viven los jóvenes de hoy.

Elsa Guerrero, una investigadora mexicana, ya apuntaba que los jóvenes hoy en día viven experiencias que les obligan a entrar en dinámicas que quizás no sean apropiadas para su edad. La realida compleja en la que se desenvuelven, no les permite una vida estable y a través de esos altos y bajos que experimentan, construyen su propia autonomía.

mi tutora de tesis

A veces pienso que mi tutora de tesis, no es consciente que su guía y su compromiso con mi trabajo, me la hace imaginar como una especie de ser de luz que me orienta no sólo en lo académico. Es como si ella supiera qué es lo mejor para mí, aquello que tendrá un efecto positivo en mi vida.

Hablé con ella antes de entrar al programa, le dije que no podría con tanto trabajo, que decidí salirme del proceso de admisión. Ella contestó: "platicaré con la coordinadora tus inquietudes, para ver qué se puede hacer".

En mis adentros pensé: "¿no estoy siendo clara?, ¿acaso no estoy diciendo que me salgo del proceso de admisión?".

Días después me hablaron y me convencí de entrar al programa.

Otras veces pienso que sí es consciente y que se ha adjudicado para sí misma la misión de impulsar a sus tutorados a no flaquear, a mantenerse y trabajar con calidad para aportar algo al mundo.

No lo sé.

Pero le agradezco tanto el rol que está teniendo en mi vida.


sábado, 9 de mayo de 2015

Ladridos/aullidos de perro

Nada. Que estos días he tenido una especie de cosa personal con los vecinos de la casa 27 por los ladridos de su perro que dejan las 24 hrs en su mini patio. 

Primero, hablé con ellos. 
Luego, les envié un escrito firmado. 
En la madrugada, salí de mi casa y fui a tocarles el timbre. Di un timbrazo largo para despertarlos y parece que lo logré, pero no abrieron. Nuevamente, toqué el timbre y ya no se escuchó, lo desconectaron. Un enojo terrible subió por mi cuerpo y me fui sobre su puerta tocando lo más fuerte que puede, por mucho tiempo. No abrieron.  

Pensé: Me quedaré tocando aquí hasta que abran.  
También pensé: mejor me voy de aquí, que no tiene sentido nada de esto. 

Vi que la vigilante del fraccionamiento me observaba y fui con ella. Le comenté la situación. 

Me dijo que habláramos al 066 para que enviaran una patrulla, pero que tenía que verificar con su supervisor si le permitirían entrar a la policía. 

Me regresé con mucha frustración y enojo a mi cama.  

Ahora pienso que fui afortunada en que no me abrieran la puerta, ¿qué hubiera hecho?, ¿qué hubiera dicho y cómo se los hubiera dicho? 
De repente pensé que estaría nutriendo aquello mismo de lo que quiero huir. 

Quizás los vecinos creen que ganaron la batalla, porque me dejaron ahí a la 1:20 am tocando la puerta como una loca. Pero en el fondo,  creo que mi propia conciencia requería que yo hiciera eso por lo siguiente:

-Debía darme cuenta yo misma, que al tener esa reacción, no iba a solucionar nada, por lo contrario, iba a perder, porque estaría dando pie a que los vecinos se impusieran como víctimas a las que no les respeto el derecho de tener su perrito en su propia casa.
-Ese hecho, que interpreto como una lucha de poderes en la cual yo decidí involucrarme, nutre el odio, lo mismo de lo que trabajo por alejarme.
-Debía darme cuenta que no estoy en una lucha, que sólo estoy defendiendo mi derecho a satisfacer mi necesidad de descanso y que eso no le importa un comino a los vecinos, por lo tanto, esa no es manera de defenderme.
-Al final, pensé que todo se solucionaría. No sé cómo, ni cuándo, pero encontraré solución.

Escribir esto me ayuda a comprender que debo liberarme de lo que no necesito en mi vida.