Días después, la maestra seguía molesta y preguntó por qué habíamos sacado tan mala calificación si habíamos visto el tema en clases y nosotros no dijimos que tuviéramos dudas. Nadie hablaba, pero ella insistía, "¿qué fue lo que salió mal?" y yo me animé a decirle algo como: "Maestra, el tema en las clases lo vimos de una manera distinta a la forma en que se realizó el examen. En el examen estaban las funciones del lenguaje confusas, algunas de ellas se podían clarificar con el habla, no con lo escrito, como usted diseñó su examen".
Uff, jamás debí haber dicho eso. Ella se puso a llorar y dijo que yo estaba diciendo que no sabía hacer exámenes y nunca le había sucedido en tantos años que tenía como docente,
-¿Quién más piensa así? -preguntaba... y claro, nadie más habló. Por eso tuve que volver a intervenir para decirle:
-Maestra, yo no estoy diciendo que sea usted una mala docente, sólo dije que su examen fue confuso
-Fue peor el remedio.
-¿Quién más piensa así? -preguntaba... y claro, nadie más habló. Por eso tuve que volver a intervenir para decirle:
-Maestra, yo no estoy diciendo que sea usted una mala docente, sólo dije que su examen fue confuso
-Fue peor el remedio.
En pocas palabras, nunca me ha vuelto a saludar en su vida. No sé cómo pasé su materia.
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Hace unos meses me dijeron que había un curso de Estadística, compromiso del programa educativo que curso, para complementar la formación de quienes no tuvimos esa materia en la maestría. Honestamente, me puse muy nerviosa, porque nunca fui buena en matemáticas.
Era de las que sacaban 0 en la prepa y hacía ejercicios de recuperación, pero volvía a sacar 0.
Recuerdo que aprobé Geometría Analítica porque el profesor tuvo a mal (y a bien para mí) hacer un examen con ejercicios que no vimos en el salón de clases y todos los compañeros del grupo se quejaron, entonces, la dirección de la escuela volvió a hacer el examen y obligó al profesor a ponernos esa calificación. Alcancé a pasar gracias a eso.
Ese profesor (ahora ya murió, QEPD), me sacó del salón de clases en una ocasión, porque una amiga no sabía cómo poner "pi" en su calculadora científica para una operación y me puse a explicarle que debía poner primero no sé qué de doble función y luego buscar el símbolo de "pi" y no sé qué más.
Se paró en frente de mí y con su dedo índice señaló diciendo:
-¡Tú y tú!, ¡a Chihuahua a un baile!
-Yo me quedé pensativa. En primer lugar, no creí que me estaba diciendo a mí, en segundo, no sabía lo que significaba su expresión.
-¿Y usted? -Dijo muy enojado
-¿Yo? - Dije arrastrando un poco la "y", quizás por nervios. Y el maestro sólo bajó un poco el torso para que su cara quedara más cerca de mí y sin una sola expresión, más que sus ojos un poco desorbitados, me gritó:
-¡Para afueraaaaaaaaaaa!
Mi amiga estaba feliz de estar fuera de la clase, pero yo no, ¡cómo le iba a entender al ejercicios si de por sí en clases no tenía ni idea!
Se paró en frente de mí y con su dedo índice señaló diciendo:
-¡Tú y tú!, ¡a Chihuahua a un baile!
-Yo me quedé pensativa. En primer lugar, no creí que me estaba diciendo a mí, en segundo, no sabía lo que significaba su expresión.
-¿Y usted? -Dijo muy enojado
-¿Yo? - Dije arrastrando un poco la "y", quizás por nervios. Y el maestro sólo bajó un poco el torso para que su cara quedara más cerca de mí y sin una sola expresión, más que sus ojos un poco desorbitados, me gritó:
-¡Para afueraaaaaaaaaaa!
Mi amiga estaba feliz de estar fuera de la clase, pero yo no, ¡cómo le iba a entender al ejercicios si de por sí en clases no tenía ni idea!
Ese mismo maestro, pasaba lista mencionando el primer apellido y en mi salón había como seis personas que nos apellidábamos Ruiz, y recitaba:
-"Ruiz", "Ruiz", "Ruiz", "Ruiz"....
De tal manera que yo debía aprenderme cuál "Ruiz" era yo, porque si no, me ponía falta aunque ahí estuviera en el salón.
-"Ruiz", "Ruiz", "Ruiz", "Ruiz"....
De tal manera que yo debía aprenderme cuál "Ruiz" era yo, porque si no, me ponía falta aunque ahí estuviera en el salón.
En fin, ¿Cómo era posible que a mis 32 años volviera a tomar matemáticas, luego de esos tormentosos momentos de preparatoriana, hace justo 16 años? Ni modo, tenía que enfrentarlo.
Y ya estando en clases, todo resultó peor de lo que yo pensaba: todas las tareas, mal. El maestro, un Doctor en Ciencias de la Computación, nos daba oportunidad de corregir. Y yo me sentía otra vez en la prepa "de nuevo ejercicios de recuperación"....
Un día, no sé qué pidió el profesor de tarea y tuve el mal gusto de decir algo como: "no, maestro, no nos deje esa tarea, yo no soy buena en matemáticas, soy buena en otras cosas, tengo otras habilidades"... y al terminar la clase, fui la burla de mis compañeros, dijeron que eso se escuchó como "que le estaba echando el perro al maestro".
¡Ouch!!! mal comienzo en mi regreso a las matemáticas, pero al final, repunté, saqué 10 de calificación final =D
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