Debo decir que siento una especie de aire renovado en el ambiente. No quiere decir que olvido, ni tampoco que no me duela, quizás, es el comienzo de la aceptación. Imagino ángeles que nos acompañan, que nos ayudan en el camino. Los visualizo a un lado de mí, de mi familia. Gigantes y hermosos, mensajeros de Dios y del espíritu de mi papá.
Si queda algún vacío, sólo es para llenarlo de amor. Enviar luz para que también regrese. Honrar una memoria es amarla, no en el pasado, tampoco retenerla en el presente. Sólo amarla, como parte de uno mismo.
Para mi familia.
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